PUNO. CIUDAD MAGICA

Según una leyenda, la diablada nació en la mente afiebrada de unos mineros que, estando atrapados varios días dentro de la mina, soñaron que un ejército de diablos los guiaba al infierno. Desesperados invocaron a la Virgen, quien debió mantenerlos vivos hasta que fueron rescatados. Desde ese momento la convirtieron en su patrona, bautizándola como Virgen de la Candela o Candelaria. Edwin Loza, danzante, profesor y mascarero, refiere que el diablo es en realidad el janchanchu. “De niño, en Rosapata, en las montañas al noreste del lago Titicaca, un yatiri, ritualista andino, me enseñó que el janchanchu es la deidad de las minas, custodio de la riqueza mineral. El janchanchu es una deidad andina y la diablada es una danza de dioses”. Los diablos de fila y los caporales o diablos reyes son los personajes más importantes de la diablada. Pero, existen otras caracterizaciones como las chinas, las mamachas, los osos, los gorilas, el arcángel, el zorro, el apache que nutren esta danza y divierten a la gente.