HISTORIA DE PUNO

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Siendo el lugar de nacimiento de la Cultura Tiahuanaco, una de las culturas prehispánicas más importantes y la suprema expresión de la población aymara, Puno es considerada una ciudad de leyendas.

De acuerdo a una de ellas, Manco Cápac y Mama Ocllo, quienes recibieron instrucciones de su padre, el Dios Sol, para fundar el Imperio del Tahuantinsuyo, emergieron del Lago Titicaca. El Imperio Incaico fue dividido en cuatro regiones - o suyos- uno de ellos siendo el Collasuyo, que se extendió sobre la totalidad de la Meseta del Collao, incluyendo Puno.

Cuando los españoles arribaron al Cusco a mediados del siglo XVI, escucharon de una gran riqueza minera en esta región, especialmente oro y plata. Las sangrientas batallas resultantes en el siglo XVII por la posesión de las Minas de Laikakota (9 Km al oeste de la ciudad de Puno) obligaron al Virrey, Conde de Lemos, a viajar al área para pacificarla , resultando en la fundación de la actual Ciudad de Puno, capital de departamento, Fundada el 4 de noviembre de 1668, llamada San Carlos de Puno.

Con el pasar del tiempo, en su esfuerzo de evangelizar a la gente indígena del altiplano peruano, los sacerdotes españoles erigieron hermosas iglesias, con artistas de Puno quienes implantaron su estilo original.

Hoy en día Puno es y será una de las capitales de las culturas latinoamericanas, con un Lago que se encuentra sobre los 3,825 m.s.n.m. y una belleza natural radiante de vida, su gente su cultura, sus costumbres hacen de Puno única y un punto de encuentro para el Turismo.

LA CRUZ DEL CONDOR

Cóndor es una hermosa palabra que nombra a un hermoso pájaro. Huraño y misterioso, el volador más imponente de los aires del planeta tiene sus refugios en la Cordillera de los Andes y es muy difícil alcanzar a verlo de cerca.

Sin embargo, hay un lugar en el sur peruano donde, con algo de fortuna, es posible llegar a contemplarlo volando unos metros por encima de nuestras cabezas: el cañón del río Colca. Unos sesenta kilómetros al oeste de la ciudad de Chivay, que a su vez se encuentra a unos ciento sesenta kilómetros al norte de Arequipa, la Cruz del Cóndor es un mirador sobre uno de los precipicios más hondos de la Tierra.

Y allí forman sus nidos, en las paredes de los acantilados, los grandes carroñeros andinos. Con la alborada, emprenden vuelo camino del Pacífico, unos cien kilómetros a tiro de piedra desde el Colca, y allí se sacian comiendo placenta de focas y de leones marinos.

Regresan al atardecer, planeando sobre las corrientes de aire, para traer comida a sus crías, cuando las tienen, y reponer fuerzas para la siguiente jornada. Los turistas medioambientales los esperan a la salida del día y a la caída de la tarde, anhelantes de lograr la milagrosa fotografía de uno de los animales más esquivos del planeta.